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E1: A LA ZAGA - Casa Hubbe

“Copiad, malditos”, recomendaba algún maestro cercano.

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Mies van der Rohe decía a sus alumnos que si eran capaces de resolver una casa-patio, lograrían proyectar cualquier cosa.

 

Esta visión del ejercicio de proyectar una casa-patio nos permite introducir el proyecto que queremos analizar, la casa Hubbe, pero para entender la obra de Mies es necesario remontarnos 44 años atrás.

Maria Ludwig Michael Mies nació en Aquisgrán, en el Reino de Prusia, en 1886 (lo que más tarde será Alemania). Empezó desde pequeño en el mundo del arte y los materiales de construcción: trabajó ayudando a su padre de picapedrero, y más tarde trabajó en algunas empresas locales de diseño. Finalmente, en 1905, se mudó a Berlín para ser delineante en el estudio de Bruno Paul hasta 1907. Los siguientes cinco años estuvo de aprendiz en el estudio de Peter Behrens, un reconocido arquitecto de la época. Llegó un momento que el propio Mies le robaba encargos a su maestro Behrens, no porque los asumiera él sin permiso, sino porque los clientes se lo encargaban a Mies.

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Por eso, en 1912, Mies abrió su estudio en Berlín. En esos primeros años recibe muy pocos encargos, y en 1914, cuando estalla la Primera Guerra Mundial, es destinado a Rumanía.

En 1922 se hizo miembro del Novembergruppe, un movimiento expresionista alemán que surgió después de la guerra para refundar un nuevo arte. Fue entonces cuando Maria Ludwig Michael Mies se cambió el nombre a Mies Van der Rohe. Hasta 1929, Mies recibió varios encargos, trabajó en la importante revista “G” y conoció a diferentes personas del mundo del arte, de las que aprendería e incluso con las que trabajaría posteriormente, como Theo van Doesburg o Lilly Reich. Además, elaboró cinco proyectos teóricos en la que proponía una arquitectura diferente a la neoclasicista.

En 1929 diseñó el Pabellón Alemán de la Exposición Universal de Barcelona. Esto supuso un gran paso en la arquitectura del momento. El pabellón servía de manifiesto, esa era la arquitectura en la que creía Mies y la que se debía hacer: el Movimiento Moderno. 

 

Después del Pabellón de Barcelona, en 1930 Mies fue nombrado director de la Bauhaus, la escuela de arte más importante del siglo XX. Sucedía a Walter Gropius, heredando un cargo en una escuela que no pasaba por su mejor momento. A sus alumnos les proponía un ejercicio nuevo en la época: proyectar una casa-patio.

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Mies van der Rohe decía a sus alumnos que si eran capaces de resolver una casa-patio, lograrían proyectar cualquier cosa. Mies creía tanto en este tipo de viviendas, que los próximos 10 años solo diseñaría casas-patio. Primero fue la Casa Lemcke, que, pese a no estar encerrada en un recinto, presentaba las características principales de las casas-patio. Le siguió las Tres Casas con Patio, y la Casa Hubbe y la Ulrich.

En 1933 el gobierno nazi cerró la Bauhaus, pero eso no impidió a Mies seguir enseñando en su despacho a algunos alumnos. Además, siguió proyectando las casas-patio ya mencionadas.

 

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Hasta 1937, Mies intentó constantemente que el gobierno nazi adoptara el Movimiento Moderno como propio, pero eso nunca sucedió. Se presentó a numerosos concursos, y no se construyó nada. Finalmente, tuvo que exiliarse a Estados Unidos, donde acabaría el resto de su carrera. En chicago siguió ejerciendo la docencia, y siguió recibiendo encargos y constuyéndolos.

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Pese a no ser la vivienda más conocida de Mies, la Casa Hubbe es un proyecto muy interesante del arquitecto.

 

Se trata de un proyecto no construido que encargó en 1935 la Sra. Hubbe. Al no llegar a la fase de construcción y no tener planos de ejecución, no podemos alcanzar la misma exactitud de análisis como en otros proyectos. A pesar de esto, la Casa Hubbe es uno de los proyectos de Mies más documentados, ya que el arquitecto cedió sus más de 250 dibujos al MOMA, que los pone a nuestra disposición en su página web y en algunos libros. De esta forma, analizaremos la casa a través de los dibujos existentes, siguiendo el proceso proyectual de la misma.

 

Las primeras condiciones del proyecto se dan en el encargo de este. La señora Hubbe era una persona con una amplia vida social relacionada con el mundo del arte. Conocía a un cliente anterior de Mies, así contactó con el arquitecto a través de ese conocido común.

 

La señora Hubbe encargó una casa para ella sola, no tenía pareja ni familiares que vivieran con ella, pero debía contar con un gran espacio para recibir invitados. Además, el servicio que trabajara para ella debía hospedarse en la propia casa. Además, poseía una gran finca en una isla del río Elba a su paso por Magdeburgo, Alemania, y debía ser Mies el que la dividiera en parcelas y eligiera la correcta para emplazar la casa, para vender el resto de las parcelas. A través de esta división de la finca se intentó financiar la casa, pero terminó sin construirse debido a problemas económicos.

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Ludwig Mies van der Rohe. Hubbe House Project, Magdeburg, Germany (Plan and elevations). 1

Por otro lado, al recibir el encargo Mies se encontró con algunos requisitos urbanísticos. En primer lugar, debía ceder las parcelas del norte de la finca, donde se encontraban unos antiguos árboles, para construir un parque. También tenía que ceder una parte del lado de la finca que daba al río, para ensanchar el paseo del Elba. A cambio, recibiría por parte del ayuntamiento el permiso de edificabilidad. Por último, existía una cierta distancia del río hacia dentro de la parcela en la que no se podía construir. Algunas interpretaciones de los planos cuentan que no se podía edificar hasta 30 metros.

Contando con todos estos requisitos –u obstáculos– Mies esboza una idea de lo que podía ser la casa Hubbe. Este boceto carece de reflexión o argumentos, es una intuición nacida de un intento de resolver las cuestiones urbanísticas y la forma de la parcela. Esta no es la forma de hacer arquitectura de Mies, y abandona enseguida esa idea inicial: la arquitectura no puede responder exclusivamente a unas condiciones impuestas por el ayuntamiento de la zona.

 

En este momento, abandona los condicionantes de la parcela y del lugar, y se centra en proyectar lo que lleva desarrollando ya más de cinco años: una casa-patio. Comienza a dibujar lo que podría ser la casa teniendo en cuenta el bosque al norte, el río al este y las casas vecinas al sur.

Uno de los primeros elementos definitivos es el patio sur. Se trata de un patio privado que sirve a la zona privada de la casa: la habitación de la cliente. Este se cierra a las viviendas vecinas del sur dándole privacidad a la casa, pero deja pasar la luz solar para que entre en la casa los meses de frío. Además, no llega a cerrar del todo el patio, de forma que se puede ver el río desde algunos puntos.

 

Otro elemento que mantiene casi desde el inicio del proceso hasta el final es el acceso por el oeste. Se trata de un acceso que marca el ritmo de la vivienda y distribuye de manera clara el espacio.

 

En un momento dado, Mies coloca unos patios interiores, que lejos de aspirar a crear un espacio más interesante, solo sirven para ventilar y cumplir funciones de higiene. Al final, Mies decide “sacrificar” el alzado colocando ventanas, antes que ocupar un espacio solo por un tema higiénico.

Por último, es importante entender que la casa Hubbe es el resultado de un proceso de reflexión. Está muy lejos de ser un proyecto nacido de la intuición del arquitecto y esbozado con cuatro líneas en una servilleta, justo cuando le viene la inspiración. Mies empieza proyectando una casa que carece de argumentos y no se adecúa ni al emplazamiento, ni a su forma de hacer arquitectura. Sin embargo, es capaz de redirigir el proyecto llevando a cabo una reflexión que le ocupa más de 250 dibujos.

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Ludwig Mies van der Rohe. Hubbe House Project, Magdeburg, Germany (Plan and elevations). 1

Aunque llegado a este punto del análisis, ya conocemos gran parte del proceso de elaboración de la casa, nos quedan algunas cuestiones sin resolver. ¿Existe algún elemento que determine la medida y la forma de la casa? ¿Por qué un muro mide lo que mide? ¿Por qué no un poco más? Además de la modulación de la casa -Mies solía utilizar el módulo de 60cm para sus proyectos- existe otro elemento que determina la posición de las cosas. Se trata del sol. De los 250 dibujos, aproximadamente 40 son estudios de soleamiento, en diferentes partes de la casa, en planta y sección, en diferentes días del año y a diferentes horas del día. Si se hubiera llegado a construir la casa, Mies sabría determinar exactamente hasta dónde va a entrar la luz.

Además, aunque no se haya mencionado en el proceso, desde los primeros bocetos el arquitecto incluye una trama estructural de pilares cruciformes con una luz de aproximadamente 6 metros. Al igual que en el Pabellón Alemán de Barcelona, utiliza sus famosos pilares en forma de cruz, desvinculándolos de los cerramientos y del forjado superior.

 

También podemos determinar, según algunos escritos que dejó el arquitecto, la materialidad de su proyecto. Mies imaginaba la Casa Hubbe como un edificio de ladrillo visto por ambas caras del muro. Coincide así con su proyecto de la Casa de Campo de Ladrillo, y la Casa Lemcke, pensados años atrás.

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Mies, además, dejó un plano en planta que parece definitivo, a escala y con los muebles dibujados. Sobre este plano podemos analizar el proyecto final.

 

En primer lugar, Mies desde un principio concibe la Casa Hubbe como un elemento de una sola planta. Se accede por la parte norte de la misma, mediante un espacio que divide la casa en dos. Al entrar, a la izquierda, pasas a la zona del servicio. Ahí se encuentra una gran cocina, las estancias del servicio con sus respectivos baños y un pequeño comedor. Al entrar, a la derecha, se encuentra la zona para la Sra. Hubbe, con su gran habitación y su baño, y con una pequeña habitación de invitados.

Además, en la misma dirección de acceso encontramos el estar, separado por un muro del comedor. Ambas estancias son de gran tamaño, para poder recibir un gran número de invitados. Además, están orientadas y abiertas hacia los dos patios, y hacia el este, es decir, hacia el río Elba. Esto les da unas vistas privilegiadas del emplazamiento.

 

Es necesario comentar que, en todos los planos, originales y redibujados, aparece en la zona de servicio un elemento que parece ser una escalera de caracol. Esto no se llega entender, porque la casa está pensada desde un principio como una sola altura, sin plantas superiores o inferiores. Quizá Mies esperaba poder cambiar de altura en una fase posterior del proyecto, o quizá quisiera referenciar a René Magritte con su adaptado “esto no es una escalera”.

Ludwig Mies van der Rohe. Hubbe House Project, Magdeburg, Germany (Plan and elevations). 1

Además de la planta final, encontramos una interpretación de lo que podría haber sido la colocación final de la Casa en la parcela. Es en este plano donde observamos su correcta interpretación de lo que pasa fuera de la casa. Esta se cierra a los vecinos, se abre al río y mediante una superposición de planos, se reencuadra el paisaje y se enriquece las vistas. Esto se puede comprobar en las perspectivas que hace Mies, reinterpretando el paisaje y consiguiendo que el emplazamiento no condicione la casa, sino que sea la propia casa la que interprete y te muestre el paisaje.

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Ludwig Mies van der Rohe. Hubbe House Project, Magdeburg, Germany (Plan and elevations). 1

Altés Bustelo, José. «La casa con patio en Mies van der Rohe.» Proyecto, Progreso, Arquitectura, 2013: 42-57.

Baeza, Alberto Campo. «Aprendiendo de Mies.» En Casas ibéricas 4, de Alberto Campo Baeza. Madrid: A ASPPAN, 1993.

Drexler, Arthur, y Franz Schulze. The Mies van der Rohe Archive. New York: Garland, 1986.

 

Gastón Guirao, Cristina. Mies: el proyecto como revelación del lugar. Barcelona: Fundación Caja de Arquitectos, 2005.

 

Serra, Grou. «The Hubbe House as Learning Process.» grouserra.eu. s.f. (último acceso: 05 de 10 de 2021).

 

Yepes Patiño, Julián Camilo. «El espacio en tensión.» Medellín, 2021.

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